Somos tóxicos.


Aprietas el gatillo y disparas,
una y otra vez.
Cargas el arma y vuelves a disparar.
Ya he perdido la cuenta de cuantas balas van.
Así es como siento tus palabras.
Así es como duelen.
¿Como terminamos así?

Sé que estoy llegando a mi punto,
el punto en el que ya no podré soportar más.
Estoy cansada de que nuestros amor sea así,
una guerra sin treguas.
De que nos disparemos mutuamente,
hasta que quedamos sin municiones.

¿Por qué seguimos con esto?
Nos estamos matando aquí.
Está claro que no soy la misma chica de antes,
ni tú el mismo chico.
¿Así que por qué no lo dejamos?
Somos masoquistas,
nos gusta lastimarnos,
pero esto no es amor.
No el que yo quiero, al menos.
Esto no es sano,
somo tóxicos el uno para el otro,
corrosivos.

Debemos parar antes de destruirnos.
Aquí estoy,
agitando mi bandera blanca,
herida y esperando a que aceptes la culminación de la guerra.
Me rindo.
No puedo con esto.
Estoy cansada de luchar contra ti o contra la realidad,
así que aquí me tienes,
aceptando nuestro inminente fin.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Para qué escribo?