Hay muchas cosas que no digo. Cosas que me limito a ver, pensar, o relacionar, pero nunca digo en voz alta. Incluso son más las cosas que no digo, que las cosas que sí. Todos tenemos secretos, por supuesto. Todos tenemos cosas que preferimos callar, cosas que preferimos mantener para nosotros mismos. Pero ¿sabes qué? A veces es bueno dejar salir algo de eso que tanto guardamos, eso que tanto encerramos tan fuertemente dentro de nosotros. A veces es mejor librarse de esa carga inútil que tenemos en la mente. Y, ¿De qué mejor manera que escribiendo, si es lo único que me hace sentir libre?

Me gustan cosas raras, porque son cosas que nadie le presta la atención necesaria.
A veces ni siquiera sé de qué hablo, solo hablo por hablar, pidiendo en silencio que alguien realmente me escuche.
Tiendo a ser nostálgica y romántica, pero no me gusta que la gente sepa eso de mi.
Nunca sé cuando estoy diciendo algo bien o algo mal, nunca sé cómo expresarme con palabras orales, por la simple razón de que no soy buena hablando cara a cara.

Pero, el secreto que más quiero que sepan, o que al menos una personas en especial sepa, es que hay algo en él. ¿Qué es? No lo sé, es como tratar de decir por qué me gusta mirar la luna cuando está blanca y brillante, simplemente no lo sé, solo sé que hay algo que me atrae. Algo del que no puedo alejar mis pensamientos.

Así que si, te lo digo. Hay algo en ti. Algo en ti que hace que flote con mis propios pensamientos, que mi insomnio tenga nombre y apellido¿Me gustas? Quizás, pero no estoy preparada para decirte eso.

Hay muchos secretos dentro de mí. Muchas cosas que callo. Pero, si tuviera la oportunidad, me gustaría decirte muchas de ellas.

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