Es triste pensar que cada mañana despiertas pensando "faltan tantos días para...", en un inútil intento de motivarte por algo tan insignificante que te hace pensar acerca de cuan desprovista de emoción puede ser tu vida, llena a rebosar de pura y horrible monotonía, cuan sin sentido es tu existencia. Tanto, que tienes que esperar, que cuentas los días, para algo cualquier cosa que te haga salir de la rutina.

¿Y que pasa cuando llega ese día? Te das cuenta que no es la gran cosa, que no vale tanto la pena como tu esperabas, que tu vida sigue sumida a esa rutina mundana a la que tan duro intentas vencer. Descubres que tus intentos fueron inútiles. Pero aún así, tienes que elegir otro evento, otro suceso que esperar que pueda "romper el esquema", porque es lo único que puedes hacer para motivarte a despertar cada día, aunque ninguna de esas cosas valga realmente la pena. Es lo único que puedes hacer para intentar darle, al menos, un vano sentido a esta vida que estas viviendo, para sentir que no existes para nada.

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