Tic, tac.


La última vez que estuviste aquí
pensé que volverías al día siguiente,
nada parecía fuera de lo normal.
Pero entonces no volviste,
ni tampoco al día siguiente, ni después.
Y me pregunto qué pasó contigo.
Y ahora estoy sola,
sentada en la oscuridad, en mi jaula personal,
sentada en la nada.
Dices que volverás pronto,
¿Cuándo es pronto?

Lo único que me acompaña es el sonido de los relojes,
y su incesante tic, tac.
Tic, tac. Tic, tac.
No me gusta esperar.
No sirvo para esperar.
Los días pasan y pasan,
el reloj sigue,
¿Donde estas?
Eres lo único que me distrae de todo.
De esta rutina y esta monotonía.

Tic, tac. Tic, tac.
El tiempo no se detiene.
Ni por ti, ni por mi.
El solo avanza y avanza.

Y justo cuando creo que ya es suficiente,
vuelves.
Vuelves con tu saludo casual.
Pero como estoy herida y soy tonta,
y nunca sé manejar mis emociones,
entonces simplemente no te abro la puerta,
no es apropósito,
es solo mi reacción natural.

Demonios.

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