Y me sorprendo como, en un abrir y cerrar de ojos, casi sin darnos cuenta, el mañana ya es hoy y hoy ya es ayer y el tiempo pasó sin perdón ni piedad.
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"Un Poema Muy Largo".
Este es un poema muy largo Tan largo, de hecho, que tu capacidad de atención Puede ser estirada hasta el límite Pero eso está bien Es lo que tiene especial la poesía Ves, la poesía necesita tiempo. Vivimos en un tiempo Lo llamamos nuestra cultura o sociedad No importa para mí porque no hay rima Un tiempo donde la mayoría de la gente no quiere escuchar Nuestras gargantas esperan como cerillas esperan encenderse Esperando a que podamos hablar Sin paciencia para escuchar Pero este poema es largo Es tan largo, de hecho, que durante el tiempo de este poema Podrías haber hecho cualquier cantidad de otras cosas maravillosas Podrías haber llamado a tu padre Llama a tu padre Podrías estar haciendo una postal ahora Escribe una postal ¿Cuando fue la última vez que escribiste una postal? Podrías estar afuera Probablemente no estás demasiado lejos de un amanecer o una puesta de sol Ve la salida del sol Tal vez podrías haber escrito tu propio poe...
Cuantas cosas realmente importantes nos perdemos por cosas sin importancia. Nos acostumbramos a dar por sentado cosas que no deberíamos, momentos buenos que ignoramos. Quizás en este mi mismo momento estés haciendo algo inútil, y no prestandole atención a algo que si vale la pena, quizás podrías hacer algo nuevo, algo extraordinario, pero estás ocupado haciendo algo sin importancia. ¿Cuántas cosas has dado por sentado? ¿Cuántas cosas importantes te has perdido? ¿Cuantos momentos no has aprovechado ni disfrutado? Piensa cuando fue la última vez que contemplaste de verdad un amanecer. Cuando fue la última vez que hiciste eso que te apasiona, eso que alimenta tu alma como nada. Cuando fue la última vez que te sentaste en la arena a tan solo disfrutar el paisaje. Cuando fue la última vez que subiste la mirada para mirar el cielo azul. Cuando fue la última vez que viste a la luna brillando como un enorme bombillo blanco. Preguntate, ¿Cuándo fue la última vez que viviste, y n...
Y así vamos. Tu por tu lado y yo por el mío, convirtiéndonos en completas desconocidas con unos cuantos buenos recuerdos en común. Que pena que después de todo, hayamos terminado de esta manera. Pero si te soy sincera, de alguna manera no me extraña. Y tampoco te extraño, no tanto como debería, porque nunca me llegué a aferrar tanto a ti como para hacerme la ilusión de que te quedarías en mi vida por un poco más de tiempo. Así que si, digamos que esto no me extraña. No estoy feliz, por supuesto, pero no estoy sorprendida. Fue lindo tenerte en mi vida mientras duraste. Fue lindo creer por un momento que nuestra amistad era algo mas duradero que esto, pero no fue así, y es hora de regresar al mundo real; el mundo en el que tu vas por la izquierda, y yo voy por la derecha. Pero quién sabe, el mundo es redondo . Todos los caminos se terminan cruzando nuevamente, por una u otra razón.
Si tan solo supieras cuantas veces te he pensado últimamente, como me sonrojo al recordar nuestro último encuentro, cuanto desearía que estuvieras junto a mi. Si tan solo supieras cuantos suspiros han salido de mis labios al pensarte, cuan perdida estoy desde que nos separamos, lo mucho que revivo nuestros pocos momentos juntos una y otra vez. Si tan solo supieras que eres lo último que pienso antes de dormir, cuantas veces al día interrumpes en mi mente, cuantos pensamientos llevan tu nombre, ¡Si tan solo supieras todo lo que estoy sintiendo! Pero no lo sabes. Y quizás si lo supieras no lo entenderías, quizás te espantes, o a tal vez pienses que estoy exagerando. Pero no lo estoy. Porque en mi naturaleza romántica no está el mentir acerca de mis verdaderos sentimientos. Pero no importa, yo seguiré escribiéndote versos, y tu seguirás sin leerlos.
Solo una chica.
¿Qué soy? Solo una simple chica, con pensamientos complicados, con gustos y actitudes bohemias, que goza de un buen libro y de momentos simples pero hermosos. Solo una chica como cualquier otra. Ni guapa, ni fea, solo del montón, de esas a las que no les das una segunda mirada. No soy llamativa, a veces un poco excéntrica, a veces nerviosa, a veces asustadiza. Solo una chica amante de un buen mokaccino, del chocolate y de la buena compañía. Con un espíritu libre y hedonista. Con cambios de humor algo radicales, a veces difícil de seguir la corriente. Soy solo un simple chica que escribe para decir las cosas que no puede decir en voz alta, con tal de no explotar. Solo una chica a la que pocos le prestan atención. Creo que estoy bien siendo esa chica.
Ese sentimiento, cuando llegas a la punta del trampolín y no puedes regresar abajo, ese momento en el que te armas de valor y le ordenas a tu cuerpo saltar al vacío, confiando en que todo estará bien. Cuando ves el agua acercándose más y más, y lo siguiente que sientes es el impacto de tu cuerpo contra el agua. Esa sensación, ese instante en que el aire parece escapar de tus pulmones y luego, casí sin darte cuenta, vuelve de nuevo a ti. Ese es el momento en que te sientes increíble, indudable e irrefutablemente vivo.
No hay nada más bello que ver a alguien hacer lo que le gusta, ¿Por qué? Porque cuando lo hacen, si puedes observar -si sabes observar- bien, logras ver un pedazo de su alma. Cuando ves a un jugador de fútbol en un partido, o a un pintor hacer una obra de arte, o quizás a un músico interpretando un tema suyo, estás viendo ese pedazo de su alma, que atrae y embellece como nada en el mundo. Aunque para muchos no sea nada, para saber apreciar la belleza hay que saber observar atentamente c a da d e t a l l e. Me gusta saber apreciar esa belleza, esos pequeños momentos que no todos ven, esas cosas que a primera vista parecen no importar Por esas cosas, vale la pena estar vivo.
Es increíble como una persona puede decepcionarte una y otra vez, y aún así sigues confiando en ella. No sé si es una fe irracional, un amor ciego, una estupidez, o simplemente una mentira hacia ti mismo. Ya estoy cansada de promesas que nunca se cumplen, de propuestas incompletas, de planes aplazados, ¿Como puedo seguir creyéndole? No lo hago. Me he dado cuenta que hace tiempo dejé de creerle y simplemente lo dejo pasar, siempre. A veces, incluso, me miento a mí misma y me digo que quizás esta vez sea diferente; Nunca lo es. Él no va a cambiar. Y yo tampoco lo voy a obligar. Ya no puedo seguir creyendo en lo que dice o lo que promete, porque la única que sale mal parada después soy yo. Solo yo. Siempre.
"Yo creo en el bien, creo en el mal Yo creo tratar, creo en errar Todo es tan simple antes de ser complicado Nada es ni será para siempre No puedo evitar que haya un final No puedo esconder lo que es real Y sin sonreír, debo entender que no cambiara, no volverás Y en conclusión la vida no es mas que esperar Que hay algo mas"
El mundo está repleto de corazones rotos, de desilusiones, de amor no correspondidos, de dolor. Pero también de amor, de comprensión, de amistad, de buenos recuerdos. De eso se trata todo. De luchar, caer y volver a levantarse otra vez, por amor. De ver el lado bueno de las cosas y nunca dejar de intentar. De pelear y aferrarte a todo hasta encontrar a tu verdadero amor, tu otra mitad, o como quieras llamarlo. A veces nos vamos a equivocar, a veces no vamos a querer levantarnos, a veces vamos a sufrir y también haremos sufrir a otros. Pero también encontraremos la felicidad, amaremos hasta el cansancio, lucharemos y daremos todo por esa o esas personas que son realmente importantes para nosotros, disfrutaremos cada segundo de nuestras vidas que pasemos junto a ese alguien especial. Además, el amor no tiene por qué ser algo únicamente romántico. El amor se puede encontrar en la familia, en los amigos, en las personas que te aman por quien eres y te saben apreciar. El am...
Sufro por haberte perdido, aunque en realidad tu nunca me perteneciste. Nunca fuiste mío como para darme el lujo de perderte. Tu ni siquiera sabías que te quería de la manera en que te quiero. Nunca supiste que quería tus besos, tus caricias, tus palabras, tus ojos enamorados puestos en mi. Que quería ser aquella persona que pusiera una sonrisa en tu cara, tan solo al verme o al pensar en mí. Quería ser todo para ti. Pero querer y poder no siempre es lo mismo. Y, a pesar de todo, yo sabía que no estábamos para estar juntos, porque somos completamente diferentes, y yo nunca podría ser lo que estás buscando. Y duele. Duele perderte aunque no fueras mío. Duele pensar en lo que jamás podremos ni llegaremos a ser.
Es triste pensar que cada mañana despiertas pensando "faltan tantos días para...", en un inútil intento de motivarte por algo tan insignificante que te hace pensar acerca de cuan desprovista de emoción puede ser tu vida, llena a rebosar de pura y horrible monotonía, cuan sin sentido es tu existencia. Tanto, que tienes que esperar, que cuentas los días, para algo cualquier cosa que te haga salir de la rutina. ¿Y que pasa cuando llega ese día? Te das cuenta que no es la gran cosa, que no vale tanto la pena como tu esperabas, que tu vida sigue sumida a esa rutina mundana a la que tan duro intentas vencer. Descubres que tus intentos fueron inútiles. Pero aún así, tienes que elegir otro evento, otro suceso que esperar que pueda "romper el esquema", porque es lo único que puedes hacer para motivarte a despertar cada día, aunque ninguna de esas cosas valga realmente la pena. Es lo único que puedes hacer para intentar darle, al menos, un vano sentido a esta vida que estas...
Despierto, preparándome para la monótona rutina en la que se ha reducido mi vida; me preparo para ir a los mismos sitios, para ver a la misma gente, las mismas caras, para ver y escuchar los mismos chistes y recuerdos de siempre. Esto es una porquería de vida. Es más como si la rutina me viviera a mí. Como si al momento de convertirse en una asquerosa monotonía dejó de ser mía mi vida y empezó volverse una escena en tercera persona repetitiva y asfixiante. No soporto esto. No soporto estar aquí. No soporto a la gente. No me soporto ni a mí misma. La muerte parece más divertida que esto.
Podemos encontrar alegría en las cosas más pequeñas, en los gestos más simples. Ver el cielo cuando está azul y brillante, como si fuera una pintura. Sentir el agradable viento en la cara. Observar como una pequeña pero hermosa mariposa vuela tan alto como puede. Ver la luna llena brillando en su máximo esplendor, alumbrando toda la noche oscura. Respirar y saber que, a pesar de todo, estás vivo. Esas pequeñas cosas casi insignificantes pueden darte más alegrías de lo que crees, solo que comúnmente gastamos energía buscando algo grande que creemos que nos dará la alegría que necesitamos, cuando la alegría puede estar frente a ti en la forma más normal y mundana que puedas imaginar, ¿y sabes por qué? Porque son cosas que no pueden quitarte. No pueden evitar que huelas las flores, que contemples el mar, o que veas las estrellas. No pueden evitar que dentro de ti haya un sinfín de esperanza. Esas cosas tan simples, tan corrientes, pueden convertirse en grandes momentos...
Estoy rodeada de personas, rodeada de voces, de diferentes pensamientos. ¿Por qué entonces me siento tan sola? Como si en realidad esa que está ahí no soy yo realmente. Como si para todas esas personas no fuera más que una sombra que podría desaparecer en cualquier momento y nadie se daría cuenta al instante. Como si no formara parte de ellos, y en el fondo, yo también lo creo. ¿Es este mi lugar? Y si no es así, ¿Dónde es? ¿Algún día lo encontraré? Estas personas que me rodean parecen no notarlo, y me pregunto, ¿Habrá uno de ellos que se sienta como yo? ¿Que sienta que no encaja en donde está? Entonces, quizás, no esté tan mal. Quizás.
Existencia.
Nuevamente me encuentro aquí, sola, intentado descifrar cosas que quizás no quieran ser descifradas, preguntándome cosas a las que no le hallo respuestas. Quiero creer que nací para algo, que tengo alguna misión en este mundo y que mi existencia no es en vano, ¿Pero cómo y cuándo saberlo? Tengo miedo de no encontrar esa misión, ese algo por el que existo. Y tengo miedo de perder mi oportunidad, de estar tan cerca de cumplir esa misión y fallar al final. Creo que todo tiene una razón de ser y de existir, que las personas tienen algo por lo que vienen a este mundo, ya sea para bien o para mal, pero juegan algún papel en él. Y quiero creer que yo también lo tengo. Porque, ¿De qué sirve vivir sin un propósito?
No estoy dispuesta.
No estoy dispuesta a ser una persona sin metas. Estoy decidida a ser alguien a quien todos recuerden; alguien que todos los días tenga una meta nueva. No estoy dispuesta a renunciar a nada, ni mucho menos ante nadie. Si tengo alguna meta, no estoy dispuesta a rendirme y no cumplirlo. Para eso están las metas, para hacer lo imposible hasta superarse a sí mismo y lograr ir más allá de lo esperado. No seré esa clase de personas que no tienen sueños ni metas, que solo aspiran a lo ordinario, en vez de aspirar a lo extraordinario. No. No estoy dispuesta a ser así.